¿Qué es la infidelidad en la pareja?
El concepto de infidelidad implica la ruptura de los pactos explícitos e implícitos que se establecen dentro de una relación de pareja.
Etimológicamente, la palabra infidelidad viene del latín infidelitas que significa “traición”. Básicamente, es justo lo que sucede en una infidelidad se produce una deslealtad y traición a la otra persona.
Eso sí, es importante tener en cuenta que definir el concepto de infidelidad en la pareja no es una tarea fácil, ya que no hay una definición única para el tema de la infidelidad, puesto que las personas provienen de diversos orígenes y experiencias. Además, esto depende de nuestro sistema de creencias, valores, historia personal y cultural que contribuye a nuestra forma de definir y vivir la fidelidad.
La definición de infidelidad no solo difiere de un miembro de la pareja, sino que puede variar entre parejas. Por ejemplo, dentro de una pareja puede hacer una serie de pactos sobre el comportamiento deseado que previamente se ha consensuado, como por ejemplo coquetear con otras personas o ver pornografía, o estar en una relación poliamorosa.
Eso sí, cuando nos comprometemos con una relación, debe haber un conjunto acordado de expectativas que definan qué y cómo cada una de nuestras necesidades emocionales y físicas deben estar satisfechas por nuestra pareja. Todo aquello que suponga una desviación y excepción de ese acuerdo supone un acto de infidelidad.
Se podría decir que la infidelidad en la pareja es un incumplimiento consciente de un contrato de exclusividad con tu pareja. Lo que implica cualquier tipo de comportamiento que satisfaga las necesidades con otras personas que no sean tu pareja sin su consentimiento.
Estamos hablando de comportamientos que están motivados por el deseo de satisfacer necesidades emocionales o físicas que se suponen que deben ser satisfechas dentro de la pareja en función de las expectativas expresadas o implícitas que los dos tienen el uno del otro.
¿Es frecuente la infidelidad en la pareja?
Lejos de parecer un hecho aislado, la infidelidad no es un fenómeno raro. Es uno de los problemas que afectan a las parejas independientes de la raza, la religión, el stratus social o la orientación social.
Es más común de lo que se piensa: En una revista de prestigio mundial centrada en la investigación en la pareja y en la terapia familia (Journal of Marital and Family Therapy), constataba:
- Que el 41 % de las parejas, uno o ambos, admiten la infidelidad, física o emocional.
- El 57 % de los hombres y el 54 % de las mujeres admiten haber cometido infidelidad en cualquier relación que haya tenido.
- El 74 % de los hombres y el 68 % de las mujeres comentaban que tendrían una aventura si supieran que nunca sería atrapado.
Estos datos son abrumadores, ya que ponen de manifiesto un elevado número de personas infieles. Por una parte, muestra que todos somos susceptibles de ser infieles en algún momento de nuestra vida.
Por otra parte, demuestra que gran parte de las parejas están insatisfechas en su relación y les resulta más fácil ser infiel que abordar y tratar los problemas individuales y de la relación que está contribuyendo a su insatisfacción.
La infidelidad y sus consecuencias
Supone un momento de ruptura que ataca directamente a la integridad individual y familiar. Psicológicamente, es un evento que ocasiona una gran variedad de repercusiones negativas. Cuando la infidelidad se hace manifiesta incluso antes, si hay sospecha de ello, la víctima del engaño se encuentra en una montaña rusa de emociones negativas: miedo, ansiedad, resentimiento, ira, hostilidad, decepción, vergüenza, incertidumbre, envidia, aislamiento, frustración y una bajada fulminante de la autoestima.
El responsable de la infidelidad también sufre en este proceso: aparece la culpa y el arrepentimiento, el miedo a ser descubierto, la atención, la ansiedad e indecisión. Se desarrolla una ambivalencia de emociones contrarias entre la alegría y la tristeza, las subidas y los retornos, unido a la presión que produce un conflicto irresoluble, mina paulatinamente la estabilidad emocional del que engaña.